Cómo nos pusimos manos a la obra?
Desafío
Durante las obras de renovación, el techo del aula grande del Campus Drie Eiken de Wilrijk quedó gravemente dañado algunas semanas antes del comienzo del curso académico. Para poder empezar las clases de todas formas, la Universidad de Amberes no tuvo más remedio que adaptarse y buscar una solución rápida y eficiente.
Solución
En una pradera de 100 metros del edificio de la universidad, Veldeman construyó en tres semanas un aula temporal lista para usar. Una estructura TFS de 1.200 m² fue dividida en un aula grande, otra pequeña, un vestíbulo y un comedor. En el aula grande cabían 600 estudiantes, mientras que la pequeña tenía espacio para 180. La llamada “aula de camping” fue dotada de un sistema de suelo autoportante. Sobre él se pusieron tribunas escalonadas, sillas y mesas abatibles, igual que en un aula de verdad. Para cada estudiante se colocó un enchufe para poder usar portátiles u otros aparatos. También se proporcionó el confort necesario: la estructura estaba aislada y equipada con calefacción, para poder seguir recibiendo e impartiendo clases de forma agradable cuando bajasen las temperaturas. En el exterior se dispusieron diversas pasarelas y también se construyó una cubierta para los aseos. Además, Veldeman proporcionó baldosas de moqueta, el suministro eléctrico del edificio principal al aula temporal, la distribución eléctrica dentro del aula, la detección de incendios y la iluminación interior y exterior. El aula temporal iba a ser utilizada por un periodo de nueve meses.